Enemigo público: el vídeo digital

Soy muy fan de Michael Mann. Un tío que ha hecho, con sus manitas, una obra maestra como Heat, me merece un aplauso.

En las dos últimas películas de Mann -Collateral y Miami Vice-, empezó a añadir a su gusto por los azules eléctricos y los negros texturizados, el uso de cámaras digitales para rodar acción. Y para qué voy a engañaros, cuando una película se rueda entera en digital -ver por ejemplo las últimas de Star Wars-, nadie se tiene por qué dar cuenta. Cuando una película se rueda la mitad en digital, y la otra mitad en 35 mm, pega un cante que no veas.

Y a todo esto, la nueva peli de Michael Mann se llama Public Enemies, y narra la historia de John Dillinger, atracador de bancos y pistolero en el Midwest americano durante la Gran Depresión.

Como suele ser habitual en Michael Mann, tiene un tête à tête interpretativo enorme, esta vez entre Johnny Depp -cada vez que le veo pienso en Jack Sparrow- y Christian Bale -cada vez que le veo pienso en Patrick Bateman-, acompañados de una sorprendentemente sin acento francés Marion Cotillard.
La historia es un cruce entre los Intocables y Bonnie & Clyde. El cógeme si puedes, los tiroteos con ametralladoras Thompson, los bandidos canallas de buen fondo, el policía obsesionado que cruza la línea que separa el bien del mal... Du déjà vu, que dicen en mi residencia habitual.

Independientemente de eso, la película se deja ver, pero sin entusiasmos. Es un gangster sin poso. No hay ninguna secuencia equivalente al la de la cornisa con Frank Nitti y Elliott Ness, ni, ya puestos, comparable con el mano a mano de Pacino y De Niro en Heat.
Y, por supuesto, está el tema del rodaje en digital, que a día de hoy quizás da más sensación de realismo, como dice Michael Mann. El problema es que llega un punto en que el realismo excesivo se convierte en sensación de estar viendo un vídeo casero.

0 comentarios: