Mundos aparte

Gracias a internet, tengo la costumbre de leer varios periódicos de distintos sitios cada día. Por aquello de no perder la perspectiva de la información. El otro día me dijo mi tía Marijo que mi primo Juanjo -su hijo- se había ido a Indonesia, donde el pasado sábado hubo un terremoto que ha dejado más de 6.000 muertos ya. Aprovecho para decirlo aquí: ole tus huevos, Juanjete.
Lleno de curiosidad, echo un vistazo a la prensa para ver qué cuenta sobre el tema. El Mundo. Nada. El Pais. Nada. Le Monde. Nada. The Times. Nada. Ni una sola palabra sobre el tema. Es entonces cuando uno cae en la cuenta de que en la vida, como en el fútbol, hay personas de primera y de segunda división. ¿Os imagináis 6.000 muertos en un terremoto en Madrid. Londres, Washington? Tardaríamos meses en quitarnos las imágenes de la cabeza.

Aquí, en cambio, la rabiosa actualidad -llámese Mundial de fútbol, folclóricas difuntas o, cómo no, el sempiterno y aburridísimo conflicto vasco- se impone sobre las noticias de verdad.
Y esto es sólo un ejemplo más. Otros son las guerras televisadas en verde y negro por la CNN, los levantamientos militares en África día sí día también o las 40.000 -y no, no se me ha ido la mano con los ceros- familias que viven en Madrid con menos de 500€ al mes. Todo silenciado.
Y es que, como dice el gran Pérez Reverte, el ser humano es por naturaleza un hijo de la gran puta. Menos mal que de vez en cuando hay gente como Juanjo que le devuelven a uno la fe -inquietante palabra ésta- en el homo sapiens sapiens.

2 comentarios:

Hopewell said...

Tu primo lo que tiene son dos cojones como la copa de un pino, y dos hurras o mil, por él.
Cosas como esa capacidad de ayudar al prójimo en momentos como este son los que, como bien dices, le devuelven a uno la fe en el hombre. El problema es que siempre hace falta un terremoto, un chapapote, una torres gemelas caídas, unos trenes reventados, para que salga a la luz la solidaridad, el compañerismo y el buen hacer que deberíamos llevar por delante todos y cada uno de nosotros día sí y día también.

Anonymous said...

¿Os dais cuenta de que en esta familia tenemos gente que vale la pena de verdad?
Pues sí: bravo por Juanjo, bravo por su madre por aguantar el tirón casi casi con naturalidad, bravo por mi niño que se da cuenta y nos hace caer en que las cosa son así y bravo por todos los que hayan sido capaces de hacer algo por los demás en cualquier momento y situación de la vida.
¿Podremos dormir hoy tranquilos pensando en todo esto?