El pasado domingo acabo un año más la liga de futbol en España. Como todos los años, me encontré con una sensación un poco de vacío, de ¿y ahora qué?. Es triste, pero qué coño, a mí me gusta el fútbol.
El final ya lo sabemos todos: el Madrid 80 minutos jodido, el Barça virtual campeón metiéndole cinco al Nàstic, el Sevilla a su rollo. Mi pregunta es: ¿se mereció el Madrid la Liga? Más aún: ¿es justo el desenclace de la Liga?
Mi resumen es que, básicamente, el Madrid ganó la liga porque alguien la tenía que ganar. Porque el equipo que más la merecía, el Sevilla, se quedó sin gasolina, y porque el Barça, en un galacticidio parecido al que los Zidane, Figo, Ronaldo, etc. protagonizaron en el pasado, se ha lamido tanto su propio rabo que al final un equipo feo, tosco, con un juego que haría vomitar a una cabra como el Madrid se ha llevado el pato al agua.
Ahora bien, me llama la atención una cosa: el Madrid ha acabado la Liga con 76 puntos: El Barça... también! Resulta que la ha ganado por la diferencia de goles en los enfrentamientos directos entre los dos equipos. Una vez más, alucino con España. He rebuscado la información y puedo afirmar que somos la única liga europea (Sudamérica no lo sé, ni me importa) cuyo campeón se decide así. En la mayoría de las ligas el campeón es el equipo que más goles a favor tiene (63 del Madrid por 78 del Barça) y en Italia, atención, si dos equipos empatan a puntos, se juega un partido entre los dos. A mí una final Madrid-Barça me parecería la bomba como espectáculo.
Pero bueno, enhorabuena a los merengones, que en la family son multitud. Yo os dejo un par de vídeos: el del mejor gol del año, y el del mejor partido del año, y posiblemente, el mejor partido que he vivido nunca.
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