Hijos de puta de importación

Iba a escribir un psot sobre lo mucho que me ha gustado el primer capítulo de la tercera temporada de Prison Break. Lo juro.
Lo que pasa es que he abierto elmundo.es y me encuentro con la siguiente noticia:

Prisión para cinco jóvenes por atracos y violaciones en el Parque del Oeste
La policía detuvo a un total de nueve personas relacionadas con una banda el pasado lunes en un piso de Madrid, ocho hombres y una mujer, de entre 18 y 20 años y de nacionalidades colombiana y guatemalteca. Se les imputan delitos de robo con fuerza, amenaza de muerte y, a uno de ellos, varias agresiónes sexuales. A uno de ellos se le relaciona con al menos cuatro violaciones cometidas en dicho parque madrileño durante el último mes.

Y entonces, uno se queda pensando. Y pienso, que en el caso de la inmigración, todo el mundo tiene derecho a mejorar su vida. Lo que pasa es que entre el inmigrante que llega a otro país a ganarse las lentejas, currando de sol a sol, y esta pandilla de hijos de puta sin escrúpulos hay un trecho.

Y no me gustaría que se interprete el todo por la parte. Que efectivamente hay más inmigrantes trabajadores que navajeros. Pero que a estos últimos, desde mi humilde punto de vista como trabajador que soy, no se les tiene que meter en la cárcel en España. Porque la cárcel en España la pagamos los ciudadanos y residentes españoles. Y eso sí que no. Que una cosa es que tengas que pagar la cárcel del Solitario, que es criminal nacional, tonto y chapucero, y otra muy distinta es que además tengas que pagar la cárcel de esta chusma de importación.

Y eso, el tiempo que duren en la cárcel. Porque ésa es otra. Que dentro de un par de años, todos en la calle otra vez, y todos tan amigos. Que una cosa es abrir la puerta y otra que te meen en el salón. Coño.

Y que a estos tíos había que subirlos a un barquito y poner proa a su país. Que de hijos de puta en este país ya vamos servidos.