
Siempre he dicho que Reverte es un diez como articulista/ensayista y un cinco como novelista. Depende de la novela (El club Dumas, El maestro de esgrima) puede subir hasta el siete, pero no más.
Sin embargo, oh mustios collados, en Un día de cólera nos ofrece una descripción narrada del dos de mayo espectacular. No es ya el hecho de que Reverte se lo curre como en él es habitual, presentando nombres y apellidos, bares, calles y circunstancias que sucedieron allí con total exactitud, sino que encima consigue entretejer historias de una manera fascinante. La más importante de ellas, claro está, la de los capitanes Daoiz y Velarde en el parque de artilleros de Monteleón.
Pero lo fundamental del libro, hecho un aparte con la heróica defensa de Monteleón y el consiguiente mosqueo de Murat (entonces gobernador militar de Madrid nombrado a dedo por un tal Napoleón), es la disección de la lógica -no añadiré el epíteto racional en este caso- que movió a esos hombres y mujeres a batirse armados de navajas, escopetas de caza y macetas con el mejor ejército del mundo. Motivos que van desde el orgullo patrio hasta el propio, pasando por vendettas personales, provocación del invasor, compañerismo y por qué no locura. Y sólo leyendo cómo era Madrid -cómo éramos nosotros- hace doscientos años es cuando uno se pregunta si queda algo de aquellos españoles en los que hoy llevamos el DNI en la cartera. Y sólo entonces uno se plantea si hemos cambiado, y si lo hemos hecho para bien, o para mal.
1 comentarios:
Yo me he podido leer este libro en las vacaciones. Me ha parecido ideal. Según lo lees, parece que estás corriendo por las calles del antiguo Madrid entre las manolas y los valientes de entonces. Y, además, consigue que no te pierdas con los innumerables personajes que nombra.
Respecto a lo del DNI que comentas, ya lo decía mi abuelo: "con la guerra se acabaron los hombres..."
MARCOS
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