La historia sobre Facebook y su fundador, Mark Zuckerberg, no es tan interesante como para sacarle dos horas de película. Es más, si no fuera por el hype que vive Facebook, ni siquiera daría para hacer una película -cosa que, por cierto, sí debería hacerse con Napster, el portal que puso la industria musical patas abajo-.
Zuckerberg era un estudiante de Harvard, bastante nerd asocial, que según cuentan en la película tomó prestada de otros alumnos la idea de una red para estudiantes de la universidad. Resulta paradójico que un tipo que no sabe relacionarse en sociedad -la primera escena de la película lo deja bien claro- haya sido el creador de la mayor red social del planeta.
En definitiva, estamos ante una película que probablemente acabe en el fondo del armario de la obra de David Fincher, víctima de lo efímero de su contenido. Aunque también es verdad que si esta historia la firma cualquier otro director, jamás le habríamos agregado como amigo en Facebook.
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