Ayer monté fiesta española en mi garito parisino. Se vinieron todos mis amigos franceses, lo cual no es mucho decir porque son, como veis, cuatro!
De izquierda a derecha, Antoine, un tipo con una vida sorprendentemente paralela a la mía, Emilie, la novia de Antoine, de apellido Alonso y que farfulla un español de lo más cómico, Mathieu, el tío más alto del mundo, que además es incondicional de David Hasselhoff, y Eva, que es mi compi de curro, que está tremenda (del verbo tremenda, para ver en directo chavales) pero que busca un marido judío para tener hijos y esas cosas. Lo malo de ella es que no puedo contar los típico chistes de "un judío se va a lavar las manos y coge el jabón y...".
Les puse un variado español a base de morcilla frita en la placa que me regaló Leti (golden), chorizo, lomo y jamón serrano, con vino de rioja y albariño. El postre fue cosa de ellos, que trajeron palomitas... con chocolate! ¿Puede haber algo más goncho que eso?
Y hoy me he levantado resacoso y con la casa de aquella manera... Nadie avisó lo complicado que es sacar los restos secos de morcilla de entre las púas de un tenedor, maldita sea.
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