Oh sí nena


Viajar en business class tiene muchas ventajas, sobre todo cuando el coste del billete no sale del bolsillo de uno mismo. Bebidas gratis, periódicos infinitos, menú especial, asiento reclinable hasta hacerse cama, y hasta un neceser que incluye unas funditas para no contaminarse las orejas al utilizar los auriculares del avión. Pueden quedarse con todos los extras; para mí, lo que marca la diferencia es el video on demand, es decir, una selección de ochenta películas y series disponibles un solo golpe de dedo sobre una pantalla táctil. Se acabó eso de tener que ceñirse a unos horarios. Oh sí nena.

Total, que entre todo el surtido disponible, he elegido una peli para la que jamás habría pagado el precio de una entrada de cine: Yes Man, con Jim Carrey en el papel principal.
Para ser sincero, me gusta Jim Carrey. A lo largo de los años, ha demostrado ser un comediante histriónico pero eficaz (La máscara, Mentiroso compulsivo), y además un actor de drama muy potable (Man on the moon, El show de Truman). Tanto quiero a Jim, que hasta podría perdonarle su participación en Batman Forever.

Yes man es la historia de Carl Allen, un cuarentón divorciado que trabaja en una sociedad de crédito. Lleva una vida monótona, rehuye de sus amigos, y sepulta su tiempo libre en películas de alquiler. Un día, acude a un seminario en el que Terence Stamp le convence para, a partir de ese momento, decir que sí a todo. De esa manera, Carl/Jim pasa a aceptar cualquier cosa que le propongan, desde conceder un microcrédito para un negocio de pasteles con cara de celebrities, hasta aprender a pilotar una avioneta o a hablar coreano, pasando por irse al aeropuerto y coger el primer vuelo disponible.

Al principio, Carl es feliz: diciendo sí consigue una novia, le promocionan en el trabajo, y sus amigos le adoran. Incluso, en una escena divertidísima, salva del suicidio a un hombre gracias a que ha aprendido a tocar la guitarra.
Lo interesante de la película viene después. En un momento dado, cuando está en el aeropuerto dispuesto a comprar un billete a donde sea, es arrestado. El FBI considera sospechosa su conducta, que incluye billetes de avión en el último minuto, concesiones de créditos a empresas sospechosas de desarrollar fertilizantes como armas químicas, lecciones de pilotaje y aprender a hablar coreano (del norte). Su novia, además, descubre que su intrépido novio en realidad sigue una simple regla, y le deja.
Al final, Carl descubre que la vida no es más que un balance de síes y noes, y que ambos polos se complementan entre sí.

Me ha parecido una comedia inusual por la reflexión de fondo que arrastra, por cómo muestra el lado oscuro del más bueno malo conocido que aceptamos mayoritariamente como dogma de fe, mientras enseña también lo ridículo que puede resultar saltarse a la torera las convenciones sociales.

La conclusión que uno saca de Yes man es que hay que ir por ahí con los ojos y las orejas abiertas, estar dispuesto a probar lo desconocido dentro de los límites que marca nuestro propio sentido común. Doblar lo convencional sin romperlo del todo. ¿Estará ahí el secreto de la felicidad?

1 comentarios:

Coverletter said...

Varias reflexiones:

La primera, politica: el buenismo zapateril hecho pelicula. Decir si a todo.

La segunda, cinematografica: el mejor papel de Jim Carrey, para mi, es el de Olvidate de mi (con un titulo original maravilloso, Eternal Sunshine of the Spotless Mind).

La tercera, economica: no te malacostumbres a business, que en Publinor empezaremos en mala epoca.