La verdad es que T2, pese a ser una especie de remake de la película original, es un auténtico peliculón, tan divertido y espectacular como el día de su estreno. Terminator 3, subtitulado La rebelión de las máquinas, fue una película tan correcta como innecesaria.

Con Schwarzenegger preocupado por la crisis mundial desde su poltrona de Governator, parecía que la franquicia estaba muerta y enterrada. Sin embargo, la codicia de los productores llevó a desarrollar una cuarta parte, para la que eligieron al terrorífico director McG (hay que ser imbécil para hacerse llamar McG), cuyo currículum incluía las dos partes de Los ángeles de Charlie.
La sorpresa saltó cuando un actor de primera fila como Christian Bale se subió al carro para interpretar al John Connor adulto. A partir de ese momento, las expectativas sobre el proyecto se dispararon. Los tráilers pintaban bien. Qué demonios, pensamos todos, quizás esta cuarta parte no es tan mala idea después de todo.
Y T4, subtitulada Salvación, no está mal. Es terriblemente irregular, con buenas escenas de batalla que se intercalan con escenas de transición aburridísimas.
Precisamente Christian Bale, que se suponía la estrella de la función, acaba siendo un estorbo más que una ayuda. Primero, porque le imaginamos de American Psycho. Segundo, porque es Bruce Wayne. Y tercero, y más importante, por su voz impostada. En serio, ¿de dónde sale esa voz? Me hace pensar en la manera en la que hablan los niños cuando gastan bromas por teléfono. Encima, no se le entiende una mierda. Y por último, no puedo evitar pensar en la cantidad de Strepsils que debe tomar este señor durante los rodajes para

Volviendo a la peli, T4 tiene muchos más puntos positivos de lo esperado. Para empezar, la fotografía, ligeramente desaturada, que le va fantástica al mundo caótico cibernético en el que se mueve la acción. El segundo punto positivo es el sonido; los ruidos que emiten los terminators son brillantes, y suenan tan mecánicos como amenazantes. El tercer punto positivo son las secuencias de acción, con algunas set pièces brillantes como la huida con el camión o, sobre todo, la escena en la que John Connor despega un helicóptero, intenta huir, y acaba estrellado, mientras la cámara corre con él, sube, entra en el aparato, vuelve a salir, y cae al suelo con el protagonista. Una pasada.
Mi conclusión de T4 es que han evitado un desastre como pasó con la cuarta parte de otras franquicias (que le pregunten al Dr. Jones), pero les ha salido una película que no quedará impresa en huecograbado en la retina de los fans. Siendo justos, ya lo advertía el título de la película: Terminator, salvado. Nada menos, y tampoco nada más.
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