¿Necesita publicidad el iPad?

El próximo 28 de mayo llega el iPad a Francia. La travesía del Atlántico le ha llevado dos meses, así que uno se pregunta si los habrá traído Steve Jobs en una barquita de remos.

Personalmente, no soy un gran fan del iPad. Creo que, como suele pasar con Apple, sus productos llegan dos o tres años antes de tiempo. En el caso del iPad, después de leerme las especificaciones técnicas, mi primera pregunta fue dónde se habían ido los puertos USB. Hace tres años, cuando sacaron el MacBook Air, se olvidaron el lector de CD/DVD. El tiempo dio la razón a Steve Jobs, porque ahora todo va por discos duros y llaves USB. 

Ahora se ventilan el universal serial bus, y proponen como alternativa la idea de estar siempre conectados a internet, y así poder acceder a todos los contenidos desde la nube, o en streaming. ¿Y en los aviones? -pregunté, incisivo- ¿cómo veo pelis en los aviones, sin conexión a nada? La respuesta son los discos duros sin hilos.
Como jamás he visto uno, hice una búsqueda en Amazon. Al teclear "wireless hard drive" me salieron 417 resultados. En realidad, sólo los 13 primeros productos correspondían a mi búsqueda (lo demás eran cosas varias sin hilos). El primero de los resultados, casualmente, fue el Time Capsule de Apple, a 399 dólares la pieza. Para poder comparar, tecleé "external hard drive" y la página escupió... 9.263 respuestas.

Total, que no me voy a comprar un iPad. Al menos por ahora.

Pero volviendo a Francia, el metro de París ha sido inundado esta semana con miles de marquesinas made in Apple, en la que se muestra, desde el punto de vista de un ser humano reclinado con las piernas estiradas, las cosas que se pueden hacer con el bicho de Apple: escribir emails, leer lemonde.fr (me pregunto si Le Monde habrá pagado por salir ahí), tontear con aplicaciones, o ver Star Trek. En la parte de abajo, la fecha de lanzamiento: el 28 de mayo.

Y yo me pregunto: ¿dónde está la idea creativa?. Más aún, ¿es necesaria esta campaña?. El márketing (al que pertenece la publicidad) se creó para diferenciar productos en el mercado. Pues bien, en el caso del iPad, la idea creativa es el producto en sí. Igual que cuando un producto es malo, da igual lo que inviertas en publicidad, que la gente no picará (o lo hará sólo una vez), cuando el producto es excelente, como es el caso del iPad, la publicidad no aporta gran cosa.
Apple siempre ha sabido manejar muy bien el arte de dejar que hablen de uno. Las semanas antes de la presentación del que entonces rumoreado iSlate, los medios llenaron miles de líneas especulando sobre la nueva invención de ese genio que es Steve Jobs. Cuando lo presentó, apareció en las portadas de toda la prensa mundial. Y todo a coste prácticamente cero. 

Todo el mundo (o al menos todo el público objetivo del invento) sabe lo que es el iPad. No hace falta dejarse los cuartos en una campaña, y menos sin es una cosa simplona y aburrida, totalmente lo opuesto a los valores que asociamos a la marca Apple. Por mucho que en su agencia TBWA estén encantados de llevárselo crudo. Y por mucho que los ingresos de Apple hayan crecido un 113% desde el lanzamiento del iPhone.

Me pregunto si crecerán otro 113% tras el lanzamiento de este iPhone gigante.

1 comentarios:

Inés M. said...

¿Te has dado cuenta qué pocos anuncios de ipad muestran a alguien leyendo un libro o una revista? ¿no era ese el primer cometido de esta pantallita que se pone toda guarrona?
p.s. ya he usado uno, y sí, se pone guarrona ;)