La semana pasada fue la Superbowl, la gran final anual de fútbol americano, que en Europa no ve ni Harry Potter. A mí me gusta la parte que no tiene balón ni tíos megadopados correteando por ahí: los anuncios. Este año se ha batido un récord: un spot de 30 segundos, el standard en TV, costaba la friolera de 3 millones de dólares. Ojo, costaba ponerlo ahí, que luego los gastos de hacerlo están por otro lado, y tampoco son moco de pavo.
Dentro de un nivel por lo general flojete de este año, os dejo un par que me han hecho gracia.
En el apartado "cómo no hacer publicidad", dejo también el último anuncio de mi agencia para Renault. Juro por mis muertos más frescos que no he tenido que ver en semejante vergüenza...
0 comentarios:
Post a Comment