Batman, 20 años después

Para los de mi quinta, que no vivimos las colas en el cine en el estreno de Star Wars, el murciélago fue nuestra primera gran experiencia en un cine. El 29 de septiembre de 1989, o lo que es lo mismo hace la friolera de veinte años, mi madre me llevó al cine a ver la película que más había esperado en mi entonces corta vida.
En aquella época, las películas se estrenaban meses antes al otro lado del Atlántico, y sólo nos enterábamos de ellas cuando veíamos el póster pegado en la puerta del cine.
No fue mi caso con Batman: mi padre había ido unos meses antes a Nueva York y a la vuelta me trajo en lugar del coche metálico de Burago habitual, una camiseta negra con el murciélago sobre fondo amarillo. Huelga decir que la llevé al colegio al día siguiente para envidia cochina de muchos...

Ayer, más de dos décadas más tarde, me senté otra vez a ver el Batman de Tim Burton. En general, no fue una buena experiencia: los infinitos making of que he visto me hacen pensar en las mil maquetas y matte paintings de la película, la música de Danny Elfman -tema principal aparte- me parece fuera de tono y el Joker de Nicholson está lejos de la perfección que tenía en la memoria.

La narrativa también ha cambiado en estos años, o por lo menos yo me he habituado a otro estilo. En ese sentido, el Batman del 89 me parece hoy una película lenta. Qué demonios, hasta el tráiler, que en su momento me ponía los pelos como escarpias, me parece aburrido hoy.



Aunque lo más sorprendente es que es muchísimo más de plástico de lo que recordaba. Me explico: si en su momento la innovación de esta película fue la aproximación seria al personaje de Batman, hoy parece una extensión del mundo exagerado del cómic. Y es que los dos peliculones de Christopher Nolan han hecho mucho daño a la película de Tim Burton.

Eso sí, Michael Keaton sigue siendo un error de cásting tan grande como veinte años atrás; de hecho, Imdb cuenta que en su momento los fans enviaron 50,000 cartas de protesta a la Warner. Se habría montado un pollo si hubiera existido entonces Internet.
Lo único que sigue vigente después de tanto tiempo es el Batmóvil, una obra maestra de diseño con la que el troncomóvil del actual Batman no puede competir.


La lección que extraigo de esta revisión al Batman de Tim Burton es que el tiempo nos cambia la perspectiva de las cosas, y en el caso del cine sólo las obras maestras -sí, estoy pensando en La ventana indiscreta, Goldfinger o Star Wars- resisten imperturbables el paso del tiempo.

3 comentarios:

YK said...

Tempus fugit, Adri pero memoriam permanecet.

Hortelano said...

El Racing vuelve a perder y encima tu criticas Batman,vaya día.

Pigmalion said...

¿Para cuando hacemos revisión de Parque Jurásico 3?